La policía disparó primero contra quienes transmitían en vivo. En la Cordillera de los Andes y a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar, asomándose a una de las minas de cobre a tajo abierto más grandes del mundo, un grupo de campesinos ocupaban tierras en disputa en el Perú, enfrentándose a la policía militarizada que llevaba equipos anti-motines. Cuando la policía disparó una docena de latas de gas lacrimógeno sobre los campesinos, uno de ellos, haciendo las veces de periodista, transmitió su propio escape en vivo para Facebook, denunciando con voz entrecortada esta particular combinación de violencia estatal y privada mientras el frente rocoso de la montaña se inundaba con gas lacrimógeno y la imagen registrada por la cámara del teléfono celular se hacía borrosa1Noticiero Cotabambas, “La comunidad emprendió la posesión y defensa de sus territorio comunal, la misma que se encuentra a la espera de resolución,” Facebook, vídeo en vivo, 28 de abril de 2022..
Vista por 15,000 personas, esta transmisión en vivo en Facebook provocó un amplio rango de opiniones de los espectadores, con reacciones que iban desde acusaciones de extorsión a la empresa dueña de la mina por parte de los campesinos, hasta la concentración de apoyo para la comunidad que protagonizaba la protesta. Muchos comentarios se refieren a estas escenas violentas difundidas en vivo como la “realidad de las comunidades indígenas” y exhortan a otros espectadores a “saber la realidad”. Planteo que estas transmisiones en vivo, grabadas por los campesinos y sus dirigentes, invitan a los espectadores cercanos y distantes a conocer la realidad en la cual viven los campesinos. En este artículo, exploro lo que los esfuerzos por representar la “realidad” a través de Facebook nos dicen acerca de los límites y posibilidades para la participación democrática bajo regímenes extractivos2Con el apoyo de un proyecto financiado por Democratic Anxieties in the Americas del Social Science Research Council, colaboré con 12 dirigentes campesinos que realizaban transmisiones en vivo a lo largo de la región sur-andina en el Corredor Minero Sur del Perú. El análisis de este artículo se basa en una entrevista con uno de esos dirigentes y en algunas de las transmisiones en vivo producidas por los dirigentes campesinos con quienes trabajé.. Tal como lo revelan estos conflictos mineros, la aparente imposibilidad de arribar pacíficamente a un consenso respecto a la actividad extractiva a gran escala está conectada con una lucha más profunda que se ubica en el núcleo de las ideas políticas democráticas contemporáneas en todo el mundo. En medio de la extrema desigualdad social, económica y política, ¿quiénes son los indicados para representar la realidad, y cómo lo hacen?
¡En vivo, desde la Cordillera de los Andes, ésta es la realidad de la minería!
“Sus publicaciones en redes sociales lo muestran todo: desde la militarización de territorios rurales hasta los retos para llegar a acuerdos pacíficos respecto a la actividad minera”.En la última década, empresas mineras transnacionales como MMG, Hudbay y Glencore han encabezado la carrera para vaciar de cobre la región sur andina del Perú mediante la construcción de inmensas minas a tajo abierto. Mientras montañas enteras son partidas en dos para formar pozos inmensos, los cerros (o apus, en quechua) que los comuneros antes saludaban por su nombre han desaparecido, y han disminuido las fuentes de agua y las tierras para pastar animales y cultivar papas. En respuesta a esta situación, docenas de comunidades campesinas a lo largo de la región han iniciado bloqueos de carreteras, marchas y huelgas en medio de la rápida transformación de sus tierras ancestrales en una de las más lucrativas y prometedoras áreas en América Latina para la extracción de minerales industriales a gran escala. Entre otras inquietudes, sus protestas resaltan la persistente ausencia de desarrollo económico, la falta de infraestructura pública, la desigual distribución de empleo local y oportunidades empresariales, y la cada vez mayor dificultad para la práctica de la agricultura y ganadería en medio de la pérdida de tierras fértiles y fuentes de agua en áreas cercanas a la mina. Estas movilizaciones son, a su vez, transmitidas en vivo y circuladas de manera virtual por dirigentes campesinos que representan a sus comunidades en negociaciones con empresas transnacionales y entidades estatales, y que organizan protestas contra las condiciones de la actividad minera a gran escala. Sus publicaciones en redes sociales lo muestran todo: desde la militarización de territorios rurales hasta los retos para llegar a acuerdos pacíficos respecto a la actividad minera. Para los dirigentes rurales que “luchan por verse representados en… los diarios, en televisión y radio, y en la imaginación de la población urbana en general”, Facebook es “un medio más a través del cual ellos pueden expresar sus ambiciones y articular sus identidades… [y] presentarlas a esa audiencia más amplia, quizá incluso internacional”,3Daniel M. Goldstein, “Desconfianza and Problems of Representation in Urban Ethnography”, Anthropological Quarterly 75, no. 3 (2002): 487–88. Traducción de Kique Bossio. tal como ha sido el caso cuando los posts de los dirigentes son retuiteados o reproducidos en reconocidos medios de prensa como Reuters y BBC News.
En lugar de dar a conocer denuncias sobre apropiación de tierras o contaminación ambiental, el sistema de medios hegemónicos en Lima por lo general ha omitido a los dirigentes campesinos y su forma de hacer periodismo comunitario. Mientras los dirigentes transmitían en vivo sus violentos encuentros con la policía a fines de abril de 2022, los medios de prensa nacionales reportaban sobre las previstas pérdidas financieras de la mina y los devastadores efectos de los conflictos mineros sobre la economía nacional. Estas intervenciones mediáticas implícitamente atribuyen a las protestas de las comunidades la responsabilidad por tales conflictos, oscilando entre representar a los pobladores rurales como codiciosos aprovechadores o tercos ignorantes de los beneficios que produce la minería a gran escala. Usando Facebook, sin embargo, los dirigentes campesinos crean representaciones de su realidad que cuestionan de manera directa narrativas de los medios nacionales que muestran la minería como el progreso y la resistencia de los campesinos como retraso. En una transmisión en vivo, un periodista campesino narra las acciones policiales para desalojar una comunidad campesina de las tierras que la mina ocupa, explicando:
Vamos a retomar transmisión, para que ustedes puedan conocer de primera mano lo que está aconteciendo en [esta] comunidad… y no tengan que recurrir a esa prensa amarillista, a esa prensa capitalina [de Lima] que básicamente se dedica a tergiversar y a sacar mala información con respecto a lo que acontece en esa comunidad… Queridos amigos, vamos a retomar la transmisión para que todos ustedes nos puedan seguir y puedan conocer de cerca, de primera mano, lo que realmente está pasando [con] la comunidad y sus relaciones con la empresa minera4Noticiero Cotabambas, “Recojo de impresiones después del violento desalojo de comuneros de Fuerabamba”, Facebook, transmisión en vivo, 27 de abril de 2022..
Al igual que en otros contextos post-coloniales en América Latina, el poder económico y los recursos del Estado en el Perú —incluyendo la influencia mediática— están tremendamente centralizados en Lima, la capital del país, y son distribuidos de manera centrífuga hacia la periferia principalmente rural. Esta brecha entre la capital y las provincias, en la cual las realidades urbanas de Lima son explicadas y generalizadas como la representación de una realidad nacional uniforme, da lugar a lo que los dirigentes campesinos refieren como dos realidades: la “nuestra” y “la de Lima”. Tal como me lo explicó durante una entrevista otro dirigente que transmitía en vivo: “Si lees El Comercio como hacen en Lima, todos piensan que aquí somos millonarios. Pero vivimos al costado de la mina y no hay colegios, no hay agua y saneamiento… Seguimos pobres”5Entrevista con líder campesino, 23 de febrero de 2022.. Es en esta brecha que las transmisiones en vivo de las protestas mineras adquieren su cualidad marcadamente política, en tanto instan a los espectadores a conocer otra realidad: una que se mantiene más fiel a las experiencias de los campesinos con la extracción a gran escala.
Reivindicando la realidad campesina
“A través de transmisiones en vivo, vídeos y fotos, los dirigentes campesinos elaboran y presentan su versión de la realidad desde los márgenes — la versión de un pueblo olvidado y abandonado”.Al permitir que los campesinos y sus dirigentes reporten la realidad en la cual viven, Facebook visibiliza la brecha entre los relatos de medios de prensa nacionales sobre la actividad minera, y la manera en que ven las cosas los dirigentes campesinos. El abismo que se revela entre ambas representaciones de la “realidad” provoca la siguiente pregunta: ¿Puede llegarse a un consenso democrático sobre cómo llevar a cabo actividades de extracción, cuando ninguna de las partes puede ponerse de acuerdo sobre los hechos básicos asociados a tal “realidad”? Para muchos dirigentes, la inquietud que sienten respecto a esta desconexión se encuentra en el núcleo de la participación democrática. Ellos preguntan: “¿Cómo puede uno dialogar verdaderamente con quienes mienten, abusan, explotan, roban y se burlan de las comunidades?”6Federación Campesina de Challhuahuacho – Cotabambas, “¡La rebelión se justifica!”, Facebook, 5 de diciembre de 2020. En Facebook, sin embargo, “uno puede brindar evidencias del punto de vista que las comunidades quieren que otros conozcan”7Entrevista con dirigente, 17 de febrero de 2022.. A través de transmisiones en vivo, vídeos y fotos, los dirigentes campesinos elaboran y presentan su versión de la realidad desde los márgenes — la versión de un pueblo olvidado y abandonado.
Esta manera alternativa de ver la realidad cuestiona el supuesto de que las inquietudes y disputas de las comunidades campesinas son irrelevantes para los intereses políticos de la nación, de los cuales han sido sistemáticamente excluidas. Por ejemplo, debido al enorme tamaño de la mina, cuando las comunidades en la región bloquean las carreteras empleadas para el transporte de minerales, también afectan el flujo global del cobre8→“MMG Limited: Si el bloqueo continúa, Las Bambas cesará su producción el 20 de febrero”, Energiminas (blog), 6 de febrero de 2022.
→Luis Miguel Castilla et al., “Will Protests Keep Roiling Peru’s Mining Industry?” Latin American Advisor (blog), The Dialogue, 10 de enero de 2022.. Por lo tanto, la cobertura en Facebook de los dirigentes respecto a estos bloqueos y otras protestas, es un contundente recordatorio de que lo que ocurre en los márgenes sociales, económicos y geográficos no es periférico a las realidades del aparente centro, sino que más bien resulta integral a dichas realidades. Las representaciones digitales de los dirigentes sobre su realidad funcionan como intervenciones directas en un sistema político y un entorno mediático que, de otra manera, buscan borrar los efectos que la minería causa en la vida rural y disminuir la centralidad de las comunidades campesinas en las operaciones de capitalismo extractivo.
Al tratar de hacer más palpables las desigualdades que caracterizan la vida rural e insistir en una comprensión radicalmente distinta sobre la vida y las ideas políticas bajo un régimen extractivo, las representaciones descentralizadas que los dirigentes campesinos producen y circulan en las redes sociales constituyen lo que Deborah Poole llama “mundo de imágenes” de las continuas exclusiones en la democracia multicultural en el Perú. Tal como lo explica Poole: “Ver y representar… constituyen medios para intervenir en el mundo. No ‘vemos’ simplemente lo que tenemos ante nosotros. Más bien, las maneras específicas en las cuales vemos (y representamos) el mundo determinan cómo actuamos sobre el mundo y… crean lo que el mundo es”9Deborah Poole, Vision, Race, and Modernity: A Visual Economy of the Andean Image World (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1997), 7.. A través de representaciones de la vida campesina transmitidas en vivo en medio de inversiones extractivas sin precedentes, los dirigentes campesinos permiten a los espectadores ver las cosas tal como las ven ellos. Ver como un dirigente es ver (y experimentar a la distancia) la extracción a gran escala como parte de una realidad fracturada, confusa y a menudo violenta — una respuesta directa a caracterizaciones por parte de medios nacionales, de empresas y del Estado respecto a la actividad minera como un firme y constante motor del desarrollo y el progreso.
“Caracterizar a las comunidades campesinas como egoístas e involucradas en actividades ilegales, sirve para justificar tácitamente formas agresivas de intervención policial que pongan fin a las protestas campesinas…”Por esta razón, los dirigentes consideran el “poder de representarse a sí mismos ante una audiencia más amplia [como] una fuerza vital y material en la vida de las personas” porque representaciones diferentes pueden tener consecuencias reales para quienes son representados10Goldstein, “Desconfianza”, 488.. La manera en que los conflictos sociales son caracterizados por el sistema mediático limeño moldea cómo las autoridades del Estado intervienen en los conflictos sociales, las medidas que las comunidades campesinas emprenden en respuesta, y los acuerdos a los cuales se llega para poner fin a tales conflictos. Al citar estadísticas de la cámara de comercio que subrayan el perjuicio causado al restringir la producción minera, entrevistar a voceros de la compañía minera y publicar notas de prensa del gremio de este sector, estos medios muestran las protestas campesinas, en el mejor de los casos, como una manera de secuestrar egoístamente la economía del país, y como una extorsión criminal en el peor. Caracterizar a las comunidades campesinas como egoístas e involucradas en actividades ilegales, sirve para justificar tácitamente formas agresivas de intervención policial que pongan fin a las protestas campesinas, incluyendo recurrir a la declaración del Estado de Emergencia que suspenda las libertades civiles en comunidades que busquen restringir la actividad minera.
Los dirigentes campesinos “por lo tanto consideran que el control sobre las imágenes de sí mismos y de la[s] comunidad[es] es absolutamente vital para su supervivencia”11Goldstein, “Desconfianza”, 488.. Tal como el mismo dirigente explica en una entrevista: “alguien en Lima que no conoce la situación de verdad va a pensar que las comunidades somos extorsionadores, que queremos más plata, que somos anti-mineros, anti-inversión”12Entrevista con líder campesino, 27 de enero de 2022.. Del mismo modo que la caracterización de las comunidades como retrasadas y subdesarrolladas puede estimular pedidos de inversión pública y donaciones de las empresas, quienes consideran que las comunidades son criminales violentos involucrados en extorsionar a empresas formales, legitiman la intervención policial y la represión estatal13“¡Estado de emergencia para minas en el sur!” El Montonero, 19 de octubre de 2021.. Mostrar el rostro “real” de la minería permite a los dirigentes campesinos cuestionar lo que consideran como malentendidos generalizados sobre las condiciones socio-económicas que generan los conflictos mineros, y justificar su resistencia hacia los términos actuales de la actividad extractiva en sus tierras.
“Al afirmar que son los verdaderos representantes de la realidad rural, los dirigentes campesinos “articulan una comunidad imaginada” llamada acertadamente ‘el pueblo’”.Por lo tanto, las transmisiones en vivo de protestas y negociaciones por parte de las comunidades convocan a sus conciudadanos y autoridades del Estado a que “vengan aquí [a las comunidades] y vean nuestra realidad, cómo realmente vivimos”14Noticiero Cotabambas, “La verdadera contaminación de las Bambas en las comunidades cercanas al yacimiento minero”, Facebook, vídeo, 21 de enero de 2022.. De esta manera, los dirigentes campesinos abren una “zona desenfrenada de representación… un campo de batalla clave de luchas políticas contemporáneas [que] permite… [que aquellos] antes privados de derechos asuman un papel importante en la producción y disputa del… poder”15Kari Andén-Papadopoulos, “Citizen Camera-Witnessing: Embodied Political Dissent in the Age of ‘Mediated Mass Self-Communication’”, New Media & Society 16, no. 5 (2014): 755.. Sus esfuerzos por mostrar cómo es realmente la vida bajo un régimen extractivo —lo que ellos llaman “nuestra cruda realidad”— a través de transmisiones en vivo, álbumes fotográficos y vídeos, cuestionan las representaciones de sus comunidades en los medios nacionales como avaras, ignorantes y violentas. Constituyen lo que considero expresiones digitales de democracia. Al afirmar que son los verdaderos representantes de la realidad rural, los dirigentes campesinos “articulan una comunidad imaginada” llamada acertadamente “el pueblo”16Robert Samet, Deadline: Populism and the Press in Venezuela (Chicago: The University of Chicago Press, 2019), 3.. Estas prácticas populares de representación digital que tienen lugar en las redes sociales afirman una realidad más cierta y cruda en nombre del pueblo, en la cual los dirigentes representan la realidad con “una agenda particular, tratando de divulgar un mensaje estratégico (y selectivo)… [y haciendo borrosa] la frontera entre testimonio ciudadano y acción política”17Andén-Papadopoulos, “Citizen Camera-Witnessing”, 763..
¿Recursos de quién? ¿Realidades de quién?
Las luchas por los recursos son, por lo tanto, luchas también por la “realidad”. Es decir, estos conflictos mineros no son simplemente disputas por minerales en el subsuelo sino también disputas democráticas sobre quien tiene el poder de decir cómo son las cosas y decidir sobre ellas. Mi investigación sigue el rastro de incursiones recientes realizadas por dirigentes campesinos en el amplio e incierto universo de las redes sociales para reivindicar este derecho a la (auto)representación empleando Facebook. Pese a la limitada infraestructura de las telecomunicaciones y los altos niveles de pobreza endémica, el uso de celulares y el acceso a internet son cada vez más comunes en comunidades del sur andino que experimentan el auge extractivo en el Perú. Al transmitir en vivo su participación en movilizaciones populares y negociaciones con las mineras, dirigentes campesinos con capacidad digital están afirmando cada vez más su control sobre la manera en que son representados en las narrativas referidas a la extracción18Consultar: Allissa V. Richardson, Trends in Mobile Journalism: Bearing Witness, Building Movements, and Crafting Counternarratives (Just Tech, Social Science Research Council, 17 de noviembre de 2021)..
A través de transmisiones en Facebook, los dirigentes enseñan a las audiencias a mirar el mundo a través de las lentes de la desigualdad histórica, el abandono del Estado y las luchas políticas de los campesinos. Las realidades que revelan son a menudo confusas, inconexas y necesariamente incompletas. Pero muestran un conjunto de experiencias de vida en las cuales los deseos de desarrollo y modernidad por parte de las personas se ven frustrados, una y otra vez, por desigualdades históricas reinscritas por la extracción a gran escala.
Agradezco a los dirigentes quienes compartían sus experiencias y conocimiento conmigo a lo largo de esta investigación, a mis colaboradores Claudio Portugal y Miguel Gutiérrez, y a Kique Bossio por la traducción.
References:
→Luis Miguel Castilla et al., “Will Protests Keep Roiling Peru’s Mining Industry?” Latin American Advisor (blog), The Dialogue, 10 de enero de 2022.